La neurodiversidad en el aula...

 

Muchas veces encontramos que la discriminación en el aula se ha convertido en uno de los mayores problemas que aqueja a  nuestra sociedad, sin embargo la escuela  es un espacio donde es posible trabajar nuevas formas de relacionarse y aprender a reconocer la riqueza de la diversidad; dejando a un lado acciones tales como clasificar o menospreciar aquello que se considera diferente, por esto es necesario generar procesos de reconocimiento en el ámbito escolar que puedan llegar a  transformar los discursos y a aceptar las singularidades.

Para llegar a esto es importante repensar la forma en que concebimos a las  personas con SA y en especial como las identificamos, marcándolas y juzgándolas desde aquello que desconocemos o aquello que se convierte en diferente a nosotros.  Desde muy pequeños nos han enseñado a identificar a las personas desde sus diferencias más que desde sus capacidades o virtudes, por lo que los señalamientos se han convertido en elementos naturales en nuestra sociedad. Sin embargo, Thomas Armstrong en su libro el poder de la neurodiversidad,  nos invita a evitar las etiquetas y realzar la importancia en la persona y no en su “asperger”, logrando erradicar la sociedad clasista, entendiendo que los Trastornos del Espectro del Autismo no deben ser una sentencia condenatoria, sino una realidad de la diversidad social que tiene no solo nuestro país, sino el mundo entero.

Es Nuestra labor como futuras docentes mostrar ese mundo de posibilidades que existen y darles el lugar que se merecen, ya que la neurodiversidad no es nada más que la diferencia natural que existen entre un cerebro y otro en lo relativo a sociabilidad, ritmos de aprendizaje, atención, estado de ánimo y otras funciones mentales.

Hay diversos caminos para promover el reconocimiento de los demás dentro y fuera de la escuela, lo importante es promover este respeto y aceptación de los demás como seres igualmente valiosos. Al darnos la oportunidad de dejar de negar a los otros y más bien decir “porque no”, porque no darnos la oportunidad de aprender en compañía del otro y no desde su ausencia.

 

¿ Es reconocido el sindrome de asperger   en la escuela? 

                                                
   


 

 

 

 


 

Es evidente que existe una problemática relacionada con la carencia del reconocimiento, de las individualidades de  personas con síndrome de asperger en la academia, una problemática que debe ser tomada en cuenta por la sociedad, para actuar en conjunto y prevenir posibles situaciones, como el rechazo, el  bullyin, la indiferencia, entre otras.

 

El primer paso para el cambio es el reconocimiento del problema; así que  por medio de la creación y recopilación de actividades lúdico-pedagógicas,  pretendemos  mostrar, que  nos encontramos en una sociedad con diversidad de culturas, pensamientos y subjetividades, por ende se hace necesario no obviar esa multiplicidad para dar lugar al reconocimiento de cada ser humano como único; procurando que  los alumnos  con SA interactúen más y con menos estrés; pues vivir nos muestra diariamente una evidencia, de que las personas no somos iguales y por ende tenemos el deber de respetarlos.

El primer paso para el cambio es el reconocimiento del problema; así que  por medio de la creación y recopilación de actividades lúdico-pedagógicas,  pretendemos  mostrar, que  nos encontramos en una sociedad con diversidad de culturas, pensamientos y subjetividades, por ende se hace necesario no obviar esa multiplicidad para dar lugar al reconocimiento de cada ser humano como único; procurando que  los alumnos  con SA interactúen más y con menos estrés; pues vivir nos muestra diariamente una evidencia, de que las personas no somos iguales y por ende tenemos el deber de respetarlos.

Las habilidades sociales resultan ser muy importantes en el ámbito educativo ya que estas son el vehículo para relacionarnos con los otros y  desenvolvernos en la sociedad; En este sentido Simón Baron afirma que los individuos neurodiversos presentan un bajo nivel de empatía (empatía cero positiva) que es característica de los individuos con síndrome de asperger; el autor la define como  “la capacidad de identificar lo que otra persona piensa o siente y responder ante sus pensamientos y sentimientos con una emoción adecuada”. Esto lleva a que se les considere raros, antipáticos, esquivos, maleducados, ofensivos, inadaptados, irritantes, etc.

Con este blog pretendemos realizar un cambio a pequeña escala, en las conductas de las personas neurótipicas, además de mostrar que el síndrome de Asperger está presente en nuestra sociedad, y que día a día está luchando  por ser aceptado y comprendido.

Las habilidades sociales resultan ser muy importantes en el ámbito educativo ya que estas son el vehículo para relacionarnos con los otros y  desenvolvernos en la sociedad; En este sentido Simón Baron afirma que los individuos neurodiversos presentan un bajo nivel de empatía (empatía cero positiva) que es característica de los individuos con síndrome de asperger; el autor la define como  “la capacidad de identificar lo que otra persona piensa o siente y responder ante sus pensamientos y sentimientos con una emoción adecuada”. Esto lleva a que se les considere raros, antipáticos, esquivos, maleducados, ofensivos, inadaptados, irritantes, etc.

Con este blog pretendemos realizar un cambio a pequeña escala, en las conductas de las personas neurótipicas, además de mostrar que el síndrome de Asperger está presente en nuestra sociedad, y que día a día está luchando  por ser aceptado y comprendido.

 

  

 

 

¿Cuál es el papel de la cultura en las  maneras de ver, asumir y aceptar las diferencias en relación al síndrome de asperger?

 

Es importante entender que  nos encontramos en una sociedad con diversidad de culturas, pensamientos y subjetividades, por ende se hace necesario no obviar esa multiplicidad para dar lugar al reconocimiento de cada ser humano como único; Vivir nos muestra diariamente una evidencia, que los humanos no somos iguales; Sin embargo

Intentar trabajar en las relaciones de reciprocidad, de igualdad y de confianza puede, llegar a  ser algo complejo pero si lo logramos transformaríamos  la diversidad en una oportunidad de aprendizaje y enriquecimiento.

El papel de nuestra sociedad debería consistir entonces en  reconocer a las personas con SA desde un plano de igualdad, pero lastimosamente  esa igualdad la desconocemos, puesto que la diferencia nos entra por los ojos a cada rato, destaca, se nos torna evidente. En cambio, la igualdad pasa desapercibida; se esconde o se escapa. No salta a simple vista. Por lo tanto, en el encuentro con el otro, se destaca lo diferente (género, inteligencia, color de la piel, jerarquía, rol, tono de voz, poder, estatus, nivel económico, influencia, puesto de trabajo, fuerza, edad, olor corporal, estudios) y, eso, a menudo, acaba siendo lo que mediatiza nuestras relaciones.

En definitiva, la manera como asumimos y aceptamos al otro esta mediada por el restablecimiento de vínculos asertivos, que proporcionen la importancia de que la sociedad además de comprender, acepte  las diferencias. Ya que la visión que generalmente se tiene de los individuos neurodiversos está muy mitificada, muy exagerada en cuestiones como la memoria o que son superdotados; si no empezamos a legitimar la neurodiversidad  no se puede llegar a consensos ni se pueden cumplir las posibles transformaciones ya que sin  reconocimiento negamos nuestra condición de humanos legítimamente diversos.